Nada, que mi cuerpo lo tiene claro, el dice que se despierta a las siete, este en España o este en los EE.UU, pero que a las siete se despierta y se despierta.
En fin, que se le va a hacer, toca levantarse y ponernos en ruta hacia esta fantástica ciudad, meca del cine y de muy buenas series, donde muchos llegan con grandes sueño y se quedan en eso, suenos. Ya que la ciudad da para muchos.
Bueno, y también hay pesadillas o malas noches en malas posadas. Y esa tuvimos la primera noche.
Llegamos al hotel que hay que reconocer que limpio era y que no estaba mal, pero el barrio si que dejaba mucho que desear, y solo lo digo por dos cosas. Una es que la recepción estaba tras una ventanita con doble reja. Esto ya me mosqueo un poco. La otra es que dos personas distintas y en distintos lugares nos preguntaron que dónde estábamos alojados, y al decírselo, uno nos dijo directamente..
- Están en el barrio de los oscuros? Con cara de asustado.
- El otro, mismo comentario pero con cara de miedo y aconsejandonos no salir cuando oscureciera. Esto era ya algo más de las seis de la tarde cuando nos lo dijo e íbamos en un bus camino de Rodeo Drim.
La verdad que llegar a San Francisco nos llevó casi cinco horas y media de coche, más buscar el motel, más comer (que por cierto la comida de muerte en el mexicano, o es que estábamos famélicos) mas descubrír como llegar hacia la zona buena, ya que estábamos a casi una hora del centro. Estos de Trivago me van a oír, ya que estar cerca del paseo de la fama, no es una hora y cuarto en dos autobuses distintos. Tardo menos en llegar a Mejorada a ver a la mamma.
- Después de esta larrrrga excursión nos bajamos en Beverly Hills.. Mira que estuve mirando a ver si veía a Brandon, a su hermana, o a alguno de sus amiguitos de Sensación de Vivir, pero na chico, que debe de ser que les pille de vacaciones.
- Así que de ahí nos fuimos a Rodeo Drim, zona de tiendas de lujo y pijerio a más no poder. Un glamour que se respiraba por todas partes. Yo creo que en los aspersores de las terrazas debían de tener hasta Chanel num five, ya que olia de maravilla por la zona, eso, o es que la gente iba con perfume del bueno, ese que no se ha evaporado según atraviesas la puerta de casa cuando sales.
Y por cierto, ahí he descubierto dos cosas. Una es que quiero ser rico o pegar un buen braguetazo, lo que sea.
Y la otra que he descubierto, es una raza superior, los Arabes, ammmmssss (suspiro profundo y largo que me acaba de salir desde lo más profundo de mi ser solo con recordarlos) Con todos mis respetos a todo ser humano, pero estos no son los árabes que yo conozco de Lavapies.
Decidido, quiero dar un buen braguetazo con uno de estos árabes,que ricos y wapos no son, son lo siguiente. Que BELLEZONES...
- Viendo que ninguno me hacía caso y que eran las ocho y media, nos cojimos otros dos autobuses en otra dirección de la que habíamos llegado, a pesar de los comentarios ya escuchados sobre el barrio donde estábamos alojados, nos fuimos hacia el Paseo de la Fama, para así poder ver Holliwood a la luz de las bombillas.
Que derroche y que poderio de luz. Es como comente al principio, todo un sueño que te atrapa. Es la miel que atrae a las moscas.
Pasear por toda aquella avenida llena de estrellas en el suelo, con nombres de personas que han triunfado ya sea en el mundo del cine, la música o la televisión. Gente de todos los tiempos, que han dejado su huella en algún momento de la historia.
Lo dicho, un sueño que no me esperaba,como son los sueños, pero este hecho realidad.
Son las once y cuarto de la noche. Los autobuses terminan a las doce. No sabemos volver. Tenemos una distancia de una hora y algo. Hablamos un Espaninglis que no todo el mundo conoce. Y lo mejor de todo, hemos de volver al barrio de los morenos... Wini wini, wini wini, wini wini.. (música de suspense o terror de fondo, poner la que queráis)
Pero al final llegamos.
Primer autobús con una mexicana de traductora al principio y luego mi Espaninglis de E.G.B y cursos varios, llegamos a la parada para coger en siguiente autobús.
Segundo bus, ese ya me acoj....a un poco más. Las pintas de los jóvenes que iban, me daba bastante respeto. Sabéis esas películas de barrios marginales? Pues de verdad que existen. Muchísima gente durmiendo en las calles. Cantidad de mendigos. Ir montado en el autobús y mirar hacia el exterior, era ir viendo una película dura.
Tuvimos la suerte de que la parada del bus estaba delante de la puerta del hotel. Así que según bajamos nos faltó tiempo para llegar a la puerta de la habitación.
Según nos despertamos, tablet en mano, a buscar otro hotel en otra zona como locos.
El que encontramos estaba mucho mejor, tanto de situación, como de hotel. Así que ale, con mapa en mano y la información necesaria, cojimos el metro y volvimos hacia Holliwood, queríamos ver el mega cartel y el paseo a la luz del día.
Llegar a la zona del Paseo de la Fama, es Holliwood total, era ya llegar a otro mundo. Ya la salida del metro era alucinante. Todo el techo y paredes estaba decorado con típicos royos de películas, mas dos enormes cámaras de proyecciones, las columnas imitando a palmeras de decorados, más cuadros en azulejos de escenas de pelis.
Según salimos a la calle preguntamos por el cartel de Holliwood, queríamos verlo. Seguir de frente y tres calles a la izquierda lo veréis.
AAAAAAGGGGJJJJJJJJJJGGGJJJDFFFFR.... !!!!!!
Pues eso es lo que salió de mi garganta al torcer a la izquierda y verlo, pero en un tono de voz que la mamá y las dos niñas que estaban esperando para cruzar el semáforo, no tuvieron otra poción nada más que la de partirse de la risa a mi costa. Me quedo el consuelo cuando nos comento que suele ser el efecto que produce cuando se ve.
Con un calor de 96 grados Farenheit a la sombra, o más, volvimos hacia el paseo de la fama para seguir recreando nuestra vista en todo lo que allí había.
Teatro Chino. Estrellas por el suelo. Las baldosas de cemento dónde los actores dejaron sus huella de pies y manos. Tiendas. Centros comerciales. Todo espectacular.
Después de meternos en un Mac Donal a comer sendas hamburguesa, las cuales empiezo a aborrecer, y por que es donde seguro siempre encontramos Waifai (como lo llaman ellos) nos fuimos al museo de cera. Q U E P A S A D A.... Se les podía tocar, menos la cara y el pelo.
No oscuento nada, con que veáis las fotos, veréis todo.
Tres horas para verlo todo.
De ahí vuelta al hotel, ducha, cambio de ropa y otra vez a las calles, pero esta vez con coche a cenar y a bailar, que para eso es viernessss.
Por fin una cena que no estaba metida entre dos trozos de pan y que tenia otro sabor. Un Rissoto de marisco que madre de dos, que bueno...
De ahí a bailar en un bar que menudo bar.
- Camareros, unos cuerpos, que ríete tu de la genética americana. Sólo les cubría un cinturón donde se sujetaban una toallita por delante y el abre botellasa un lateral.
- Bailarines, unos cuerpos, que ríete tu del David de Miguel Angel. Sólo les cubría un Slip por donde metían la herramienta. Y os lo prometo, no podía apartar la mirada ni aun queriendo.
- Los dos que había en la cabina de las duchas, también con Slip tapa herramientas, pero blanco como el de sus compañeros, pero estos mojados, restregandose en los cristales y todo el mundo pegado. En un principioz Javi decía que era relleno, luego se fijó mejor y si, era relleno de carne, y menudo tamaño de la carne. Ya se que suena ordinarioy soez, pero de verdad de la buena,yo volví malo al hotel. Y si no me creéis, mirar alguna foto.
Por cierto, la discoteca muy bonita. Muy elegante y muy fina. Se monta una de estas en Madrid y te forras.
Malismos, malismos de la muete nos volvimos al hotel.
El día había sido alucinante.